Voz Franciscana
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Monte Alvernia. San Francisco. en 1224, dedicado a la vida de oración en el monte Alvernia, tuvo la aparición de Cristo crucificado a manera de un serafín; de sus llagas manaban rayos de luz que se imprimieron en la carne del santo. Este acontecimiento se conoce como la "estigmatización".
…para la paz y la justicia
Hermanos, mientras tengamos tiempo, hagamos el bien.
-San Francisco de Asís,
Exhortación a los Frailes
Exhortación a los Frailes
Paz y todo bien
Este sitio web ofrece un recorrido por la vida y misión de los Frailes Franciscanos Conventuales, una orden religiosa que ha sido parte de la vida de la Iglesia Católica Romana por más de ocho siglos. Aquí descubrirás más sobre quiénes somos, qué hacemos y cómo unirse a nuestra fraternidad. A lo largo de nuestra historia, los franciscanos conventuales han ofrecido una voz poderosa y profunda a la Iglesia, la Sociedad y el mercado cultural de ideas. Las secciones de este sitio exploran la vida y el ministerio de los frailes de hoy, mientras continuamos prestando nuestras voces a la misión del Reino; hablamos por el Evangelio, por el valor de la comunidad, por los empobrecidos y marginados, por los que anhelan la justicia, por la necesidad de fomentar la paz y por la protección de la creación de Dios.
Este sitio se ha diseñado y desarrollado por nuestros frailes, que representan voces de los Américas, Gran Bretaña, Irlanda, Australia, Malta y Líbano. Contiene videos producidos por frailes, podcasts y blogs de ensayos fotográficos, todos informados por la tradición espiritual e intelectual franciscana. Habla de los problemas, eventos y puntos de referencia culturales importantes en el siglo XXI. De lo serio a lo tópico, a lo alegre, el hilo conductor es la Alegría del Evangelio. Esperamos que este sitio manifieste la calidad dinámica y vivificante de nuestra vida como Hermanos Menores Conventuales.
Frailes
Somos HERMANOS.
Por nuestra profesión religiosa, nos dedicamos totalmente a Dios, amado por encima de todo. En efecto, la vida de unión con Dios a través de la oración es el fundamento de nuestra fraternidad; compone el ritmo de nuestra vida. Francisco de Asís experimentó en su vida la llamada de Dios como una llamada a conformarse cada vez más a Jesucristo. Los franciscanos conventuales, hombres que se esfuerzan por seguir el Evangelio de Jesucristo según el ejemplo y la Regla de vida de san Francisco, siguen viviendo ese llamado en una manera simple y auténtica.
Por nuestra profesión religiosa, nos dedicamos totalmente a Dios, amado por encima de todo. En efecto, la vida de unión con Dios a través de la oración es el fundamento de nuestra fraternidad; compone el ritmo de nuestra vida. Francisco de Asís experimentó en su vida la llamada de Dios como una llamada a conformarse cada vez más a Jesucristo. Los franciscanos conventuales, hombres que se esfuerzan por seguir el Evangelio de Jesucristo según el ejemplo y la Regla de vida de san Francisco, siguen viviendo ese llamado en una manera simple y auténtica.
Menores
Somos Hermanos MENORES.
Minoritas es nuestra forma característica de seguir al Cristo pobre y humilde. Fomentamos fraternidades cuyos frailes viven sin nada propio: rehuir el estatus, someterse a todos y servirse los unos a los otros. Nos esforzamos por el vaciamiento interno y externo, de modo que nuestra sencillez fraterna sea un signo para aquellos que servimos. Practicamos una buena mayordomía, mientras rechazamos las tentaciones del consumismo y el materialismo. Nos despojamos de todo lo que reemplace a Dios como centro y fuente de nuestro significado.
Minoritas es nuestra forma característica de seguir al Cristo pobre y humilde. Fomentamos fraternidades cuyos frailes viven sin nada propio: rehuir el estatus, someterse a todos y servirse los unos a los otros. Nos esforzamos por el vaciamiento interno y externo, de modo que nuestra sencillez fraterna sea un signo para aquellos que servimos. Practicamos una buena mayordomía, mientras rechazamos las tentaciones del consumismo y el materialismo. Nos despojamos de todo lo que reemplace a Dios como centro y fuente de nuestro significado.
Conventuales
Somos Hermanos Menores CONVENTUALES.
Esta dimensión de nuestra identidad, en el contexto de la tradición franciscana más amplia, agrega un sabor distintivo a cómo vivimos en fraternidad para comenzar el trabajo de reconstrucción de la Iglesia. Buscamos brindar un sentido de fraternidad a todos los que encontramos, siendo verdaderamente inclusivos y colaborativos en todas nuestras interacciones. Nosotros, como hermanos menores, caminamos con el Pueblo de Dios, con un mandato especial de acompañar a los pobres y más vulnerables de nuestra sociedad. Guiados por el Espíritu Santo, participamos en un enfoque comunitario en el trabajo de evangelización y servicio a la humanidad.
Esta dimensión de nuestra identidad, en el contexto de la tradición franciscana más amplia, agrega un sabor distintivo a cómo vivimos en fraternidad para comenzar el trabajo de reconstrucción de la Iglesia. Buscamos brindar un sentido de fraternidad a todos los que encontramos, siendo verdaderamente inclusivos y colaborativos en todas nuestras interacciones. Nosotros, como hermanos menores, caminamos con el Pueblo de Dios, con un mandato especial de acompañar a los pobres y más vulnerables de nuestra sociedad. Guiados por el Espíritu Santo, participamos en un enfoque comunitario en el trabajo de evangelización y servicio a la humanidad.
La Cruz
En 1206, Francisco entró en una capilla en ruinas en las afueras de Asís. Allí experimentó a Cristo hablándole desde el crucifijo. “¡Ve, repara mi iglesia, que ves que se está arruinando!” La llamada de Cristo se convirtió en el nuevo paradigma de la vida de Francisco. El Crucifijo de San Damián, a su vez, se convirtió en el símbolo icónico de la misión franciscana de reconstruir la Iglesia. Franciscan mission to rebuild the Church.
La cuerda
Cada comunidad franciscana puede identificarse fácilmente por el cordón de tres nudos, que simboliza nuestros votos de pobreza, castidad y obediencia.
En 1206, Francisco entró en una capilla en ruinas en las afueras de Asís. Allí experimentó a Cristo hablándole desde el crucifijo. “¡Ve, repara mi iglesia, que ves que se está arruinando!” La llamada de Cristo se convirtió en el nuevo paradigma de la vida de Francisco. El Crucifijo de San Damián, a su vez, se convirtió en el símbolo icónico de la misión franciscana de reconstruir la Iglesia. Franciscan mission to rebuild the Church.
La cuerda
Cada comunidad franciscana puede identificarse fácilmente por el cordón de tres nudos, que simboliza nuestros votos de pobreza, castidad y obediencia.