Los conventuales unen sus voces con los marginados y leprosos de la sociedad. Francisco deseaba no sólo atender a los pobres, sino vivir entre ellos; no buscaba simplemente servir a los marginados, sino convertirse en uno de ellos. Llamó a su orden los frailes menores: los «hermanos menores». Los frailes se esfuerzan por ocupar poco espacio en el mundo, por ocupar el lugar inferior y por identificarse con los que viven en las márgenes.