- Fray Casimiro Cypher OFM Conv. -
El 25 de junio de 1975, Fray Casimir Cypher OFM Conv. condujo su camioneta prestada a la ciudad de Juticalpa para reparaciones. No sabía que la Unión Nacional de Campesinos había organizado una manifestación ese día para una mejor implementación de la legislación de reforma agraria. Al escuchar disparos, el p. Casimir corrió hacia la conmoción.
Sabiendo que era sacerdote, los soldados lo arrestaron. Lo desnudaron en la plaza del pueblo, lo ridiculizaron y lo golpearon. Junto con otro sacerdote, el P. Iván Betancort, los compañeros de Iván y diez líderes campesinos, Fray Casimiro fue brutalmente torturado y ejecutado. Su cuerpo y los de los demás asesinados con él fueron luego arrojados a un pozo profundo y dinamitados en un intento de encubrir la masacre. Fray Casimiro tenía sólo 34 años.
Nació en Medford, Wisconsin, en 1941. Ingresó al Seminario Menor de los Frailes Franciscanos Conventuales en Crystal Lake, Illinois, y fue ordenado sacerdote en 1968. Después de servir en las parroquias de Rockford, Illinois y Hermosa Beach, California, padre Casimir recibió permiso para cumplir su sueño de mucho tiempo: servir como misionero.
Al llegar a Honduras en 1973, sirvió en el remoto y agreste estado de Olancho, el “Salvaje Oeste” de Honduras. Poco después, Fray Casimiro (o “Padre Casimiro”, como lo llamaban los lugareños) se vio envuelto en la violenta tormenta de disturbios.
Durante algún tiempo, los campesinos oprimidos (o “campesinos”) se habían estado organizando para la reforma agraria, para enfado de la dictadura militar que entonces gobernaba Honduras, y de sus partidarios ricos y terratenientes.
La Iglesia Católica apoyó a los campesinos en su lucha por la justicia, que la llevó a una persecución de la Iglesia en todo el país. Los militares allanaron iglesias y centros de retiro y catequesis en todo el país, incautaron radios y arrestaron a sacerdotes, religiosos y laicos que trabajaban con la Iglesia.
La noche del 25 de junio es honrada en Honduras como la Masacre de “Los Horcones” (o “Pitchforks”, por el nombre del rancho en el que ocurrieron los asesinatos).
Fray Casimiro fue un verdadero hijo de San Francisco. Su vida se caracterizó por la sencillez, la pobreza personal y el buen sentido del humor. Pintó, escribió poesía y amaba servir a los pobres y desfavorecidos. ¡Que su ejemplo nos inspire a amar y servir a Cristo en los pobres y marginados!